jueves, 2 de septiembre de 2010

Correos vuelve a su antigua sede de la Rúa del Franco

Este regreso se produce después de más de un año y medio de obras, que han fructificado en el macro centro de Correos ubicado en el corazón del casco histórico de la ciudad, en concreto en la Rúa del Franco, entre Rodrigo de Padrón y Travesía de Fonseca. Las nuevas instalaciones tiene aproximadamente 4.100 m2 distribuidos en planta baja y dos plantas y en el desempeñarán sus funciones unos 100 trabajadores. Esta ampliación de espacio ha sido posible gracias a la unión del domicilio tradicional de la empresa postal con la sede de Telefónica.
Ambos edificios han sido reformados realizando un vaciado interior y, siempre respetando la estructura exterior, se han diseñado los nuevos espacios, obteniendo una distribución mucho más funcional y operativa. La planta baja se ha habilitado para los servicios de atención al público, mientras que en el primer y el segundo piso se ubican la Unidad de Reparto de Santiago, la Unidad de Servicios Especiales y la sede administrativa de la dirección de zona de la empresa postal en Galicia.Con esta reapertura se pone fin a la precariedad con que prestaba este servicio hasta ahora en las instalaciones provisionales de las Huérfanas, donde los usuarios tenían que esperar turno en sus angostas instalaciones, a diferencia de ahora que se podrán realizar los trámites que se necesiten en un vestíbulo de amplias dimensiones, de forma geométrica construido con tres bandas de listones verticales de madera que en la planta superior funcionan como celosía, rematado con un techo plano en el que se ubican lucernarios circulares que proporcionan iluminación natural y artificial. Ese recinto también cuenta con bancos para el descanso de los usuarios de correos.
Por último indicar que la estructura del edificio data de finales de la dictadura de Primo
de Rivera y principios de la Segunda República, cuando el Ayuntamiento adquirió los dos caserones en ruinas que ocupaban ese espacio, que fueron reformados previa a su cesión a la Compañía Telefónica Nacional de España, que compartió desde entonces espacio con Correos y Telégrafos.
Los arcos que sirven de soportal en la fachada del edificio desde hace casi 100os forman parte de la imagen de Santiago, inseparable en los destinos de vecinos y peregrinos que atraviesan por la zona. Estos soportarles también aprovechados en tiempo de la turna por su acústica y antes de la remodelación del edificio por el mercadillo de antigüedades de las mañanas de los domingos.

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